La película ha hablarse es No me avergüenzo (I’m Not Ashamed) y su enfoque es la vida de Rachel Joy Scott, una joven creyente y la primera víctima del tiroteo que cobró la vida de 12 estudiantes.
La historia depende más de sus diarios y testimonio que, por tan noble y irable que fue, arriesga santificar un sujeto mientras inconscientemente ignora a otros. Nuevamente las buenas intenciones del cine evangélico terminan con más daño que bendición.